Alberto atravesaba una agobiante coyuntura personal por la situación de su hermano Antonio, que estaba saliendo de un coma por accidente de tráfico. Decidió venir al santuario para pedir amparo a la Virgen María y suplicar con mucha intensidad auxilio para su hermano y toda su familia. Dos años después, vino caminando en peregrinación para agradecer a Nuestra Señora de Torreciudad lo bien que atendió su petición.
|